En muchas canciones del inmenso repertorio cubano, podemos hallar incontables injusticias al ignorar los nombres de los autores de las letras. Se suele mencionar solamente al autor de la música, desconociendo al de los versos, aunque este sea un poeta de relevantes méritos.
Hubo músicos de renombre que no escribieron las letras de sus obras. El trovador Eusebio Delfín, declaró olímpicamente que los versos debían hacerlos los poetas y la música corría a cargo de los compositores. El famoso trovador se equivocaba porque hubo muchos casos en que música y letra eran del mismo autor.
Sin embargo, compositores de fama universal, tomaron versos ajenos para sus composiones y muchas veces no se preocupaban siquiera de registrar sus nombres.
Recuerdo que en 1961, durante un intermedio de un homenaje que el musicógrafo Ezequiel Rodríguez le obsequiaba al maestro Eusebio Delfín, en una pequeña y calurosa sala de San Rafael 105, este subió al escenario e invitó al dúo de las Hermanas Martí, a que cantaran con él su popular bolero "Y tú que has hecho", que se conoce con el sobrenombre de "En el tronco de un árbol", por así comenzar sus versos. Al finalizar aquella histórica e improvisada presentación, me acerqué a Delfín, y le pregunté: maestro, ¿por fin de quien son los versos de este bolero?... Me miró sorprendido y más sorprendido quedé cuando me contestó: “Los tomé de un poeta mexicano que vino con la compañía de Doña Prudencia Grifel, pero no recuerdo su nombre”. Es decir, no le dió ninguna importancia al poeta del cual tomó su obra más famosa.
Algo parecido me aconteció con Pepe Figarola, famoso trovador santiaguero, autor de célebre bolero "Un beso en el alma". Ya muy anciano, aunque lúcido, lo visité en su casa de la calle San Agustín, en Santiago de Cuba. Quería saber quién era el autor de la letra de su cantado bolero. Me dijo que un domingo por la mañana había ido al mercado Vidal y compró unas rosas que fueron envueltas en un periódico viejo. Cuando llegó a su casa, desenvolvió el ramillete y se puso a leer unos versos impresos en aquel diario.
Le llamaron la atención y a los pocos días les puso música, pero el viejo periódico fue tomado para otros menesteres y el nombre del poeta desapareció. Así las cosas, pasaron los años y nadie podía decir quien era el autor de la letra de "Un beso en el alma". Una mañana, mi maestro y amigo, el escritor de programas radiales Manuel Villar, me mostró un libro de versos editado en 1920, donde el poeta habanero Joaquín Nodarse daba a conocer sus versos, y para sorpresa nuestra, ahí aparecían, sin faltarle ni un punto ni una coma aquel poema, pero con el título de Besos. Así finalmente se pudo conocer al verdadero autor de la letra de Un beso en el alma, pero el autor de la música, Pepe Figarola murió sin saberlo.
La habanera más célebre de todas las que se han compuesto en Cuba se titula "Tú", así sencillamente aunque a la hora de nombrarla se dice invariablemente "Habanera Tú". Bien, esta pieza tiene su historia: En una recepción el joven Eduardo Sánchez de Fuentes, que contaba entonces con 18 años de edad, interpretó al piano una pieza con aire del género habanera. Una hermosa muchacha allí presente, se acercó al piano y le preguntó a Sánchez de Fuentes: ¿Cómo se llama esa pieza que usted acaba de tocar? Pero como aún no tenía título, el autor se le ocurrió decirle: Se llama "Tú".
Y así quedó nombrada la habanera en cuestión. Pero no tenía letra. Años después su hermano Fernando le facilitó los versos.
En Cuba,
Isla hermosa del ardiente sol,
Bajo tu cielo azul,
Adorable trigueña
De todas las flores la reina eres tú…
Existe una criolla que se ha hecho imprescindible en los actos patrióticos: "El mambí". Retrata fielmente como un joven se une al ejército libertador cubano. Su letra es impresionante A la hora de mencionar al autor, se dice solamente el nombre del músico que compuso la melodía: Luis Casas Romero, de indiscutibles méritos artísticos y patrióticos pero se ignora siempre al autor de la letra de "El mambí", que no es otro que Sergio Lavilla, amigo de Casas Romero. Por cierto, la letra de "El mambí" sugiere una persona que no es otro que Casas Romero que se incorporó a las huestes libertarias con solo 14 años de edad.
Lo correcto, tal como está escrito en el original es "Una mañana dejé el bohío" y no "Una mañana dejó el bohío". Este error se advierte en algunas ediciones que desfiguran el verdadero sentido de la criolla de Luis Casas Romero y Sergio Lavilla.
Pero, según mi criterio, las injusticias mayores con respecto a ignorar a autores de letras de canciones, se han hecho con el poeta Gustavo Sánchez Galárraga. El compositor cubano más famoso en el mundo, el maestro Ernesto Lecuona, tomó de su amigo Sánchez Galárraga numerosos textos que a la hora de mencionar los títulos de esas obras se omite el nombre del autor de la letra. Muchas obras teatrales de Lecuona tienen letras de Sánchez Galárraga. Citemos algunas: El recluta del amor, La caravana, Alma de raza, El cafetal, El batey, La flor del sitio, María la O, El maizal, El calesero, El amor del guarachero, La guaracha musulmana, Rosa la china, Julián el gallo y Lola Cruz. ¿Alguna vez se menciona a Sánchez Galárraga en algunas de estas obras junto al nombre de Ernesto Lecuona?
También Sánchez Galárraga cedió letras para trovadores, como por ejemplo a Graciano Gómez Vargas que compuso uno de los boleros más hermosos con versos de este poeta: "En falso"
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Mira que hay heridas que cierran en falso
Y cuando las tocan se vuelven a abrir…
Graciano Gómez tiene otras obras con textos de Sánchez Galárraga que, por cierto, no esta olvidado del todo, aunque si ignorado en lo que se refiere a la autoría musical compartida con otros. Hay dos calles en La Habana que llevan su nombre, una en el Cerro donde nació y otra en La Víbora, no se por qué.
Otra pieza famosa del nutrido repertorio de obras cubanas es "Quiéreme mucho".
El autor de la música se conoce porque siempre se dice que es el maestro Gonzalo Roig. Yo visitaba a este gran maestro de la música cubana muchas veces cuando este vivía en la calle Amistad y me confió que el nunca había compuesto una letra para alguna de sus obras. "Quiéreme mucho" se estrenó en la revista musical titulada El "servicio obligatorio", puesta en escena en el Teatro Martí en 1911. La primera parte del texto la compuso Agustín Rodríguez y la segunda Ramón Gollury, periodista que firmaba con el seudónimo de Roger de Lauria.
La otra obra famosa de Gonzalo Roig es la zarzuela "Cecilia Valdés" con letra de Agustín Rodríguez y José Sánchez Arcilla… ¿se mencionan alguna vez?
María Teresa Vera hizo famoso el bolero "He perdido contigo" y durante años se le atribuyó su autoría, pero luego se supo que el autor es Luís Cárdenas Triana, modesto compositor oriundo de Manacas, Las Villas.
También a María Teresa Vera se le adjudicó ser la autora única de la habanera "Veinte años". Justo es decir que la gran trovadora nunca dijo que ella era la autora de los versos, cumpliendo así con una petición de la poetisa Guillermina Aramburu, su hermana de crianza en Guanajay. Guillermina tenía una libreta de versos creados por ella a raíz de un desencanto amoroso, y protegía aquellos poemas como algo muy íntimo, pero a reclamo de María Teresa un día accedió a proporcionárselos y la trovadora le puso música no solo a "Veinte años", sino también a ese hermoso bolero titulado "Porque me siento triste", ambas creaciones desbordan en bellas imágenes un reclamo amoroso.
Ernesto Grenet compuso "Drume negrita", pero se le atribuye a Eliseo Grenet porque en el sello del disco aparece como autor E. Grenet y como Eliseo era el famoso, pues se le adjudicó ese título.
A menudo escuchamos a decir que el son "No me llores más", es de Arsenio Rodríguez, pues no, su autor es Luís Martínez Griñán, Lily, pianista del conjunto.
Ocurre también que a veces la fama del intérprete opaca el nombre del autor. Tal es el caso de Benny Moré que muchos piensan que es el autor del bolero "¿Cómo fue?",cuando en realidad fue Ernesto Duarte, y que "Vete de mi", es de Ignacio Villa, Bola de Nieve, cuando sus autores son los hermanos Expósito, de nacionalidad argentinos.
Sindo Garay compuso "Las amargas verdades" con versos del poeta mexicano Pepe Erizando, y la primera parte del bolero "La tarde" la tomó de la poetisa puertorriqueña Dolores Rodríguez de Tió.
En fin, que sobre este tema todavía hay “mucha tela que cortar”, pero para concluir, y para hacer justicia, debemos aclarar que muchos poetas regalaban versos de su creación para que sus amigos músicos los musicalizaran, sin pedir nada a cambio, por pura y franca amistad. Honor a quien honor merece. Está de más aclarar que no le resta mérito alguno a un compositor que crea una obra con versos ajenos.
Lino Betancourt Molina