Enrique Molina, Ketty de la Iglesia, Coralita Veloz, Peter Lohmeyer, Mijail Mulkay y Raúl Pomares bajo el guión y la dirección de Daniel Díaz Torres, conforman el elenco principal de esta entretenida película Hacerse el Sueco, basada en las peripecias de un turista sueco en La Habana y las tribulaciones y necesidades de las familias cubanas, en una mezcla de comedia y ficción.
Trailer
Sinópsis
Bjorn (Peter Lohmeyer), es un delincuente de baja calaña que esta huyendo de la mafia rusa y sueca trasladándose a La Habana para continuar allí sus actividades delictivas. Afirmando ser un profesor de Literatura, llega a Cuba y alquila una habitación en casa de Amancio (Enrique Molina) y sus familiares (Ketty de la Iglesia, Coralita Veloz), siendo Amancio el clásico ciudadano comunista, ex - policía y retirado de sus servicios por problemas de salud, además de ser un hombre de rígidos principios morales de lo cual su propia familia no comparte.
La película en Co- producción con España, fué rodada en su totalidad en escenarios habaneros, para reflejar fehacientemente las costumbres y el modo de vivir "a lo cubano". El solar del barrio, las necesidades económicas, la lucha por salir adelante; son temas fundamentales que se suceden en esta entretenida comedia que los hará pasar un rato de reflexión y de entretenimiento. Vale una vez mas destacar la actuación de Enrique Molina en su papel de Amancio, dándole un colorido especial a lo que llamamos "cubaneo" dentro de las esferas del modo de vivir que aún persiste en algunas familias cubanas dentro de la propia Cuba.
Veamos a continuación algunos de los actores principales de ésta película, sin dejar de mencionar actores de la talla de Enrique Molina y Mijail Murkay que ya tratamos oportunamente en trabajos anteriores.
Peter Lohmeyer es un actor de orígen sueco que ha protagonizado varios filmes de interés en el cine europeo.
Películas tales como El Condón Asesino (1997), El Camino más corto (1998), Frontera Sur (1998), Gangster (1999), Hacerse el Sueco (2000) y Obaba (2005) son algunos de los trabajos del historial cinematográfico de este actor.
Coralia Veloz, es una actríz que desde muy jóven se consagró en Cuba haciendo papeles secundarios en cine, teatro y televisión, hasta que su desarrollo artístico le permitió ir adquiriendo papeles mucho mas importantes dentro de la cultura cubana. Hija de Ramón Veloz y Coralia Fernández (íconos de Cuba), Coralita ha sabido sortear los distintos personajes que ha ejecutado durante su gran labor artística en Cuba.
Una labor más detallada de su prolífera Carrera, la pueden encontrar a través de éste enlace de la página web EcuRed.
Otra de las actrices principales de esta película, y de la nueva generación de actores cubanos es Ketty de la Iglesia, considerada por los críticos de cine como una figura de enormes perspectivas, habiendo realizado trabajos importantes en la puesta en escena de "La Casa de Bernarda Alba", "Doble Juego" y "La Cara Oculta de la Luna" entre otros. Ganadora del premio "Caricato 2007" y de la mejor actuación femenina en el "Festival Nacional de Televisión 2008" es poseedora de uno de los premios más importantes de la cultura cubana: la de ser profesora de clases de actuación en la Escuela Nacional de Artes de La Habana.
Actualmente Ketty de la Iglesia se encuentra protagonizando la Telenovela de la Televisión Cubana "Historias de Fuego", interpretando el papel de la oficial Ana. Pero veamos algunos fragmentos de una entrevista concedida en Cuba a los medios de prensa:
—¿Qué puede aportar la actriz cubana a la sociedad actual?
—Mucho. Cuando el guión es bueno y los televidentes se ven en situaciones que les resultan familiares, podemos dar opciones, puntos de vista, caminos a tomar. Hasta podemos ayudarles a aclarar ciertas cosas, ampliar sus horizontes y darles solución a los problemas.
—Háblanos de Margarita, aquella madre sobreprotectora en La cara oculta de la Luna que removió tantas cosas.
—Mira, ese fue el primer personaje que interpreté luego que di a luz a mi hijo. Yo llevaba mucho tiempo sin trabajar y tenía vivencias emocionales acumuladas sobre el tema de la maternidad y lo bello que ello representa. Margarita era una mujer que cometió el error de meter a su hija en una urna de cristal, incomunicarla como si con ello no fuera a crecer nunca, y defenderla así del mundo exterior con el desconocimiento. Desdichadamente, en Cuba existen muchas madres así, pendientes de lo que piensan los demás, que no acaban de entender el valor de la comunicación y la confianza. La manera de proteger a nuestros hijos es abriéndoles las puertas de la relación, no cerrándolas. Creo que debe haber una comunicación incondicional en las relaciones familiares, porque esa es la base de la confianza. A partir de ahí todo tiene solución a tiempo. La realidad existe y hay que asumirla. Y los padres tenemos que ser capaces de darles recursos a nuestros hijos para que se puedan defender durante la etapa de la adolescencia y la juventud. La serie fue un suceso a nivel social y estoy convencida de que alertó a la familia cubana sobre cuál es el camino para poder enfrentar la realidad.
—¿Qué tal la mamá de Doble juego?
—Esa era una mujer inteligente, aunque un poco apagada, que tenía una relación bonita con su hija adolescente. Pero llevaba por dentro la carga y la culpa de que el padre de su hija era pedófilo y cumplía una sentencia en un centro penitenciario. Y esta madre, que era muy joven, no le dice la verdad a la hija, por temor a ser juzgada por ella. A pesar de ser una mujer firme, que ha sabido educar sola a su hija, no sabe cómo enfrentar esa situación. Aunque es una situación extrema, creo que, en cierta medida, todas estamos expuestas, como mujeres y como madres, a las dudas y a las equivocaciones, porque somos seres humanos.
—¿Y qué hay de esas mujeres que se enfrentan a situaciones machistas en sus centros de trabajo, como el caso de la oficial Ana?
—Ana es una mujer decidida, tiene muy claro lo que quiere, y dispuesta a luchar por eso hasta el final. Pero se enfrenta a que, por ser mujer y tener un hijo pequeño, no puede ser jefa de compañía. Es el caso típico de ser una mujer en ese medio y lo que ello implica. Sin embargo, hay muchas madres que son médicos y hacen guardias en los hospitales. Hay madres que son dependientas, camareras o recepcionistas de un hotel y tienen turnos de trabajo en la madrugada. En el caso de Ana, el hecho de que le nieguen el papel de jefa de compañía por ser una madre soltera parece ser una buena excusa para sus jefes, por la carga social que tiene la mujer y las responsabilidades que debe asumir en la sociedad, aparte del trabajo. En realidad, si la mujer tiene la capacidad profesional para asumir una responsabilidad determinada, entonces se le debe dar la oportunidad de enfrentarla.
—Los desnudos en la mujer suelen ser polémicos. ¿Harías alguno en televisión?
—Sería muy difícil. Hace unos días, en una escena de Historias de fuego, me di un beso con un compañero de trabajo. Al día siguiente tuve que soportar que un joven me dijera una grosería en la calle delante de mi hijo. Mucha gente no tiene la menor idea de lo que dice, y nosotras las actrices tenemos que enfrentar una vida social como todas las mujeres: vamos a la bodega, cogemos botellas, taxis, guaguas, y hacemos las cosas cotidianas de todos los cubanos. Soy una madre soltera, tengo un hijo pequeño y no estoy dispuesta a que él tenga que soportar ciertas cosas que se salen de los marcos del respeto. Hay televidentes muy educados que se me acercan de manera muy agradable, pero por desdicha no siempre es así. No es un problema de prejuicios. Yo me considero una mujer bastante atrevida, pero eso es una realidad que hay que tener en cuenta.
—¿Qué planes tienes para el futuro?
—Actualmente trabajo en una nueva teleserie que se titula Diana, dirigida por Rudy Mora. No sé qué propuestas puedan aparecer después. Cuando era más joven, lo único que quería era ser actriz, pero en estos momentos me interesa la pedagogía, transmitir y entregar lo que he aprendido en estos años; ser útil a las nuevas generaciones. La pintura también me da muchísimo placer. Quisiera pintar con más frecuencia. Tengo planes de hacer una exposición en diciembre, en el marco del Festival de Cine, junto con otros actores. Por el camino ya veré qué rumbo toman las cosas.
Ficha Técnica
Título: Hacerse el Sueco
Género: Comedia
Duración: 105 minutos
Dirección: Daniel Díaz Torres
Producción General: Evelio Delgado
Guión: Eduardo del Llano y Daniel Díaz Torres
Dirección de Fotografía: Raúl Pérez Ureta
Montaje y Edición: Guillermo S. Maldonado
Música Original: Edesio Alejandro y Gerardo García
Sonido: Ricardo Istueta, James Muñoz
Director de vestuario: Liz Alvarez
Director asistente: Armando Arencibia
Escenógrafo: Onelio Larralde
Intérpretes:
Enrique Molina, Peter Lohmeyer, Coralia Veloz, Ketty de la Iglesia
Rogelio Blaín, Mijail Mulkay, Idelfonso Tamayo, Luis Alberto García
Raúl Pomares, María Esther Monteluz
Productora:
KINOWELT GLUCKAF FILM (Alemania) - IGELDO KOMUNIKAZIOA. S.L - IMPALA S.A. (España) - ICAIC (Cuba).
—Mucho. Cuando el guión es bueno y los televidentes se ven en situaciones que les resultan familiares, podemos dar opciones, puntos de vista, caminos a tomar. Hasta podemos ayudarles a aclarar ciertas cosas, ampliar sus horizontes y darles solución a los problemas.
—Háblanos de Margarita, aquella madre sobreprotectora en La cara oculta de la Luna que removió tantas cosas.
—Mira, ese fue el primer personaje que interpreté luego que di a luz a mi hijo. Yo llevaba mucho tiempo sin trabajar y tenía vivencias emocionales acumuladas sobre el tema de la maternidad y lo bello que ello representa. Margarita era una mujer que cometió el error de meter a su hija en una urna de cristal, incomunicarla como si con ello no fuera a crecer nunca, y defenderla así del mundo exterior con el desconocimiento. Desdichadamente, en Cuba existen muchas madres así, pendientes de lo que piensan los demás, que no acaban de entender el valor de la comunicación y la confianza. La manera de proteger a nuestros hijos es abriéndoles las puertas de la relación, no cerrándolas. Creo que debe haber una comunicación incondicional en las relaciones familiares, porque esa es la base de la confianza. A partir de ahí todo tiene solución a tiempo. La realidad existe y hay que asumirla. Y los padres tenemos que ser capaces de darles recursos a nuestros hijos para que se puedan defender durante la etapa de la adolescencia y la juventud. La serie fue un suceso a nivel social y estoy convencida de que alertó a la familia cubana sobre cuál es el camino para poder enfrentar la realidad.
—¿Qué tal la mamá de Doble juego?
—Esa era una mujer inteligente, aunque un poco apagada, que tenía una relación bonita con su hija adolescente. Pero llevaba por dentro la carga y la culpa de que el padre de su hija era pedófilo y cumplía una sentencia en un centro penitenciario. Y esta madre, que era muy joven, no le dice la verdad a la hija, por temor a ser juzgada por ella. A pesar de ser una mujer firme, que ha sabido educar sola a su hija, no sabe cómo enfrentar esa situación. Aunque es una situación extrema, creo que, en cierta medida, todas estamos expuestas, como mujeres y como madres, a las dudas y a las equivocaciones, porque somos seres humanos.
—¿Y qué hay de esas mujeres que se enfrentan a situaciones machistas en sus centros de trabajo, como el caso de la oficial Ana?
—Ana es una mujer decidida, tiene muy claro lo que quiere, y dispuesta a luchar por eso hasta el final. Pero se enfrenta a que, por ser mujer y tener un hijo pequeño, no puede ser jefa de compañía. Es el caso típico de ser una mujer en ese medio y lo que ello implica. Sin embargo, hay muchas madres que son médicos y hacen guardias en los hospitales. Hay madres que son dependientas, camareras o recepcionistas de un hotel y tienen turnos de trabajo en la madrugada. En el caso de Ana, el hecho de que le nieguen el papel de jefa de compañía por ser una madre soltera parece ser una buena excusa para sus jefes, por la carga social que tiene la mujer y las responsabilidades que debe asumir en la sociedad, aparte del trabajo. En realidad, si la mujer tiene la capacidad profesional para asumir una responsabilidad determinada, entonces se le debe dar la oportunidad de enfrentarla.
—Los desnudos en la mujer suelen ser polémicos. ¿Harías alguno en televisión?
—Sería muy difícil. Hace unos días, en una escena de Historias de fuego, me di un beso con un compañero de trabajo. Al día siguiente tuve que soportar que un joven me dijera una grosería en la calle delante de mi hijo. Mucha gente no tiene la menor idea de lo que dice, y nosotras las actrices tenemos que enfrentar una vida social como todas las mujeres: vamos a la bodega, cogemos botellas, taxis, guaguas, y hacemos las cosas cotidianas de todos los cubanos. Soy una madre soltera, tengo un hijo pequeño y no estoy dispuesta a que él tenga que soportar ciertas cosas que se salen de los marcos del respeto. Hay televidentes muy educados que se me acercan de manera muy agradable, pero por desdicha no siempre es así. No es un problema de prejuicios. Yo me considero una mujer bastante atrevida, pero eso es una realidad que hay que tener en cuenta.
—¿Qué planes tienes para el futuro?
—Actualmente trabajo en una nueva teleserie que se titula Diana, dirigida por Rudy Mora. No sé qué propuestas puedan aparecer después. Cuando era más joven, lo único que quería era ser actriz, pero en estos momentos me interesa la pedagogía, transmitir y entregar lo que he aprendido en estos años; ser útil a las nuevas generaciones. La pintura también me da muchísimo placer. Quisiera pintar con más frecuencia. Tengo planes de hacer una exposición en diciembre, en el marco del Festival de Cine, junto con otros actores. Por el camino ya veré qué rumbo toman las cosas.
Ficha Técnica
Título: Hacerse el Sueco
Género: Comedia
Duración: 105 minutos
Dirección: Daniel Díaz Torres
Producción General: Evelio Delgado
Guión: Eduardo del Llano y Daniel Díaz Torres
Dirección de Fotografía: Raúl Pérez Ureta
Montaje y Edición: Guillermo S. Maldonado
Música Original: Edesio Alejandro y Gerardo García
Sonido: Ricardo Istueta, James Muñoz
Director de vestuario: Liz Alvarez
Director asistente: Armando Arencibia
Escenógrafo: Onelio Larralde
Intérpretes:
Enrique Molina, Peter Lohmeyer, Coralia Veloz, Ketty de la Iglesia
Rogelio Blaín, Mijail Mulkay, Idelfonso Tamayo, Luis Alberto García
Raúl Pomares, María Esther Monteluz
Productora:
KINOWELT GLUCKAF FILM (Alemania) - IGELDO KOMUNIKAZIOA. S.L - IMPALA S.A. (España) - ICAIC (Cuba).
Premios
.Premio de la Popularidad. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. La Habana, Cuba. 2000.
Premio otorgado por el Círculo de Periodistas de Cultura de la UPEC. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. La Habana, Cuba. 2000.
Premio Caricato a mejor actuación femenina a Coralia Veloz. Sección de Artes Escénicas. Festival Nacional UNEAC de Cine, Radio y Televisión. La Habana, Cuba. 2001.
Premio Caricato a mejor actuación masculina a Enrique Molina. Sección de Artes Escénicas. Festival Nacional UNEAC de Cine, Radio y Televisión. La Habana, Cuba. 2001.
Premio Caracol a la banda sonora a Ricardo Istueta. Festival Nacional UNEAC de Cine, Radio y Televisión. La Habana, Cuba. 2001.
Premio del público. Festival Internacional de Cine. Friburgo, Suiza. 2001.
Premio OCIC.III Festival de Cine Iberoamericano. Santa Cruz de Bolivia, 2001.
Premio del Público. III Festival de Cine Iberoamericano. Santa Cruz de Bolivia, 2001.
Premio Caricato a mejor actor de reparto a Mijail Mulkay. Sección de Artes Escénicas. Festival Nacional UNEAC de Cine, Radio y Televisión. La Habana, Cuba. 2001.
Mención Especial del Jurado Ecuménico. Festival Internacional de Cine de Friburgo, Suiza, 2001.
Premio otorgado por el Círculo de Periodistas de Cultura de la UPEC. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. La Habana, Cuba. 2000.
Premio Caricato a mejor actuación femenina a Coralia Veloz. Sección de Artes Escénicas. Festival Nacional UNEAC de Cine, Radio y Televisión. La Habana, Cuba. 2001.
Premio Caricato a mejor actuación masculina a Enrique Molina. Sección de Artes Escénicas. Festival Nacional UNEAC de Cine, Radio y Televisión. La Habana, Cuba. 2001.
Premio Caracol a la banda sonora a Ricardo Istueta. Festival Nacional UNEAC de Cine, Radio y Televisión. La Habana, Cuba. 2001.
Premio del público. Festival Internacional de Cine. Friburgo, Suiza. 2001.
Premio OCIC.III Festival de Cine Iberoamericano. Santa Cruz de Bolivia, 2001.
Premio del Público. III Festival de Cine Iberoamericano. Santa Cruz de Bolivia, 2001.
Premio Caricato a mejor actor de reparto a Mijail Mulkay. Sección de Artes Escénicas. Festival Nacional UNEAC de Cine, Radio y Televisión. La Habana, Cuba. 2001.
Mención Especial del Jurado Ecuménico. Festival Internacional de Cine de Friburgo, Suiza, 2001.
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