" Un anatomista buscando la prosperidad "
Si usted es de los que le gusta el cine histórico, real y crudo, aquí tiene un filme que puede satisfacer sus gustos si la ve desde un punto de vista profesional, sin tabúes y sin morbo. La cinta "La Venus Negra", del director y guionista franco tunecino Abdellatif Kechiche se remonta siglos atrás, cuando en 1817, el anatomista Georges Cuvier, miembro de la Real Academia de Medicina de París, dijo ante el molde del cuerpo de Saartjie Baartman: "Jamás hemos visto cabeza humana más parecida a la de un mono". Siete años antes, Saartjie dejaba Sudáfrica junto con su amo, Caezar, para ser expuesta como fenómeno de circo ante el público londinense de la época. Libre y esclava al mismo tiempo, la "Venus hotentote" se convirtió en un icono para el bajo mundo de Europa, destinada a ser sacrificada en búsqueda de una febril visión de prosperidad.
La protagonista de la película es Yahíma Torres, quien dio sus primeros pasos en la industria del cine como actríz en su papel de la venus negra.
Yahíma Torres
Hay que destacar que Venecia se escandalizó con el estreno del filme que se ubicó en el siglo XIX, con la historia de una mujer africana humillada por sus genitales deformados.
La triste y verdadera vida de la sudafricana Saartjie Barman, emblema hoy en día de la segregación racial, es protagonizada por Torres, quien debutó como actriz con un papel fuerte y difícil, en el que ofrece sin reservas su cuerpo desnudo.
“Si bien el filme exigía escenas crudas acepté, porque se denunciaba el racismo que aún existe en el mundo”, admitió en una charla con la AFP la joven cubana, de 30 años, quien llegó a engordar 13 kilos para el papel.
Kechiche, autor en el 2007 del encantador ‘Cous Cous’, compitió de nuevo en Venecia con la historia de la exuberante ‘Venus hotentote’, que a finales del siglo XVIII viajó desde su África natal hasta la fría Europa, persiguiendo el sueño de la fama como bailarina, pero que terminó vendida y expuesta como un animal de feria, estudiada por sus carnes y extraños genitales.
Abdellatif Kechiche
" “Sentí el deber moral de testimoniar el recorrido de esa mujer”, reconoció el director durante una conferencia de prensa.
A través de irritantes y repetidas escenas del sórdido espectáculo de circo montado para exhibirla en Londres y París, Kechiche involucra al espectador, al que llama a tomar conciencia de lo que contempla. “Mirar juntos nos hace sentir menos responsables”, advirtió el realizador al denunciar el racismo que aún prevalece en el mundo occidental, en particular Francia, con la expulsión de gitanos. “Es espantosa esa política. Se usan métodos que recuerdan catástrofes recientes vividas en Europa”, dijo.
Con su cuarto largometraje, Kechiche culpa la pasividad y complacencia de todos y cada uno –el espectador del pasado y el actual– ante el ultraje y escarnio público de otro ser por ser simplemente diferente, negro, corpulento o deformado.
En el filme Saartjie es amarrada como una fiera en una jaula, obligada a exhibir sus nalgas voluminosas y a dejarse tocar por el público. “Es desgraciadamente una historia muy contemporánea”, sostiene Kechiche, que describe en 160 minutos la evolución de ese cuerpo, inicialmente joven y vivo, hasta su desgaste, cansancio, abuso y mutilación. “El acto más bárbaro fue su disección”, sostiene el director.
La cinta muestra también la fascinación de los científicos franceses de la época, quienes no sólo violaron su cuerpo tras su muerte, sino que lo conservaron en formol y desarrollaron complejas teorías que “encontraron eco en la aurora del fascismo”, explicó Kechiche. El cuerpo de Saartije Baartman estuvo expuesto en el Museo del Hombre en París y fue repatriado a Sudáfrica tan sólo en 2002 por solicitud de Nelson Mandela, quien lo consideraba un ícono de la lucha contra el “apartheid”.
Veamos a la actriz cubana Yahíma Torres en una pequeña e informal entrevista durante el Festival de Cine de Nueva York ...
Además se le otorgó el premio "artista revelación" durante los premios "césar" de la academia francesa de cine en 2011.
De manera que estamos ante la presencia de un filme que debemos ver con ojo crítico y con la mayor profesionalidad posible. A mi entender, NO recomendado a menores por la secuencia de escenas explícitas.
Ficha Técnica
Título: Venus negra
Título original: Vénus noire
Género: Histórico
País: Bélgica, Francia, Túnez
Duración: 2 horas y 38 minutos
Año: 2010
Director: Abdellatif Kechiche
Guión: Abdellatif Kechiche
Reparto:
Yahima Torrès, André Jacobs, Olivier Gourmet, Elina Löwensohn, François Marthouret
Productora:
MK2, France 2 Cinéma
Título original: Vénus noire
Género: Histórico
País: Bélgica, Francia, Túnez
Duración: 2 horas y 38 minutos
Año: 2010
Director: Abdellatif Kechiche
Guión: Abdellatif Kechiche
Música: Slaheddine Kechiche
Sonido: Nicolas Waschkowski, Jean-Paul Hurier
Fotografía: Lubomir Bakchev, Sofian El Fani
Montaje: Camille Toubkis; Ghalya Lacroix,Laurent Rouan, Albertine Lastera
Reparto:
Yahima Torrès, André Jacobs, Olivier Gourmet, Elina Löwensohn, François Marthouret
Productora:
MK2, France 2 Cinéma
Galería de Imágenes
Sinópsis
París, año 1817, Real Academia de Medicina: “Jamás hemos visto cabeza humana más parecida a la de un mono”, son las palabras del anatomista Georges Cuvier ante el molde del cuerpo de Saartjie Baartman. Siete años antes, Saartjie dejaba Sudáfrica con su amo Caezar, y exponía su cuerpo enjaulado al público londinense en las ferias de monstruos. Libre y esclavizada a la vez, la “venus hotentote” se convirtió en el ícono de los bajos fondos para acabar sacrificada al espejismo de la prosperidad.
George Cuvier, profesor de historia natural, examina ante un
selecto auditorio el cuerpo de una mujer de raza negra, le llama la
atención la excesiva protuberancia del trasero y de los genitales, sobre
todo le impresiona la forma de la cabeza de la mujer, muy cercana a la
de un simio, según concluye. Siete años atrás en Londres, Saartjie
Baartman, apodada la Venus Hotentote, realiza un espectáculo degradante
organizado por su amo, el sudafricano Caesar. Ella ruge y danza, toca
música ante el fascinado público; posteriormente, su carrera la lleva a
París donde un domador de osos organiza un espectáculo. La Venus negra,
alcohólica, termina enferma de sífilis.
En
la línea de El hombre elefante y de Fenómenos (Freaks), el director
Abdellatif Kechiche explora la vida de este enigmático personaje del que
se conocen apenas sucesos fragmentados, suficiente material para
desarrollar una historia que ocurre en dos horas y media e involucra al
colonialismo europeo, la esclavitud, las tesis racistas de científicos
del siglo XIX, el oportunismo de personajes como Caesar o Reaux,
finalmente más dignos de un circo que la misma Hotentote, y sobre todo,
el morbo y la depravación de los civilizados europeos.
La Venus
negra (Vénus noire; Francia-Bélgica-Túnez, 2010) es, por supuesto, al igual
que los trabajos anteriores de este realizador tunecino que creció en
Francia, una cinta antirracista y anticolonialista; pero su mensaje
político evita la caricatura. Toda una creación, a partir de un profundo
compromiso con el personaje, de la cubana emigrada en Francia, Yahíma
Torres, Saartjie se topa con toda clase de individuos que buscan
explotarla, pero ninguno es demasiado perverso; la misma Saartjie escapa
a cualquier definición impuesta por su condición étnica o social.
Al
igual que ocurrió con el Merrick de David Lynch (El hombre elefante),
la personalidad de esta Venus negra es demasiado compleja, el monstruo
impone su poder de fascinación no sólo al público que acude a su
espectáculo, sino al director mismo. El “teratos” griego (la cualidad
del monstruo o prodigio) provoca estupor, imposible dejar verlo; cada
uno, individuo o grupo social, justifica a su manera el asombro que
provoca ese monstruo que destapa miedo y deseos; Cuvier recurre a la
ciencia para compartir la admiración del fenómeno; en otros, es la mera
experiencia sexual de la supuesta desproporción, el idiotismo de la
fantasía de un placer agigantado, fuera de la norma.
El laberinto
de la vida de Saartjie, la supuesta pérdida de sus tres hijos en
Sudáfrica, propicia el toque de genio de Abdellatif Kechiche; esta Venus
negra no sólo es objeto de exhibición, sino que impone sus propias
reglas, como no dejarse tocar por el público, por ejemplo, o no mostrar
sus genitales cuando Cuvier intenta auscultarla; pero sobre todo, la
mirada de esta mujer permite adivinar que ella, a su vez, se siente
intrigada por el rebuscamiento y la estupidez de la sociedad civilizada.
En el proceso por esclavismo contra su amo y agente, Saartjie se define
a sí misma como una actriz cubana de altos kilates.
Película Completa en dos partes
(Parte 1)
(Parte 2)
Qué Tengo Pa'Tí
2013