"A mal tiempo, buena cara" ... decía mi abuela
Guillermo Álvarez Guedes (1927) es un cómico cubano radicado en Miami, conociéndosele simplemente en Latinoamérica como "Álvarez Guedes".
A los cinco años actuaba en el teatro de su pueblo Unión de Reyes, en la provincia de Matanzas. De adolescente se ganaba la vida en circos ambulantes. Ya en 1949, dramatizaba crímenes callejeros para la radio. Lo de la comedia salió solo, cuando lo llamó a la televisión el mítico productor Gaspar Pumarejo. Actuaba en sainetes, aventuras, comedias, musicales, lo que fuera, hasta que su personaje del borracho, todos los miércoles, durante varios años, en el estelar de CMQ Casino de la Alegría, lo convirtió en un ícono de los cubanos, lanzándose a hacer pareja con La Única, la legendaria actríz y cantante Rita Montaner.
A comienzo de los años 60's, Guillermo Álvarez Guedes, al igual que otros cubanos; se exiló en Miami, donde junto a un hermano fundó la compañía "Gema Records", que aparentemente ayudó al lanzamiento internacional del Gran Combo de Puerto Rico, grupo musical puertorriqueño; desde entonces ha mantenido una cercana amistad con su fundador, Rafael Ithier.
Durante los años 70 y 80, Guedes se dedicó a grabar discos humorísticos y a escribir comedias, en los que regularmente ha expresado su deseo de que en Cuba se instaure un sistema de gobierno democrático. Hasta la fecha ha escrito más de 20 "libros" y ha participado en algunas películas como "Thief in Silk (1953)", "The Big Boodle (1957)", "Dios te salve, psiquiatra (1966)" y "A mi que me importa que explote Miami (1976)".
Un Cubano en Pennsylvania
Con mucho carisma y naturalidad escénica, Guillermo Alvarez Guedes ha hecho reír a millones de espectadores de habla hispana, fundamentalmente en países como Cuba, Estados Unidos, Venezuela, Puerto Rico, República Dominicana y otros. Su capacidad de improvisación y el arte de decir las cosas lo catalogan como el humorista cubano más notable de todos los tiempos, siendo uno de los empresarios más rentable de la industria, pues solo necesita para su labor, 3 pequeñas cosas (Una silla, un micrófono y una bombilla eléctrica).
Veamos a continuación algunas de sus memorables actuaciones que tanto gustaba al público.
Durante un largo período de tiempo, Guillermo Alvarez Guedes trabajó en la emisora Clásica 92.3 FM de Miami, hasta que diferencias irreconciliables sobre los contratos pusieron fin a la presencia del humorista Guillermo Alvarez Guedes y la presentadora Susy Lemán.
“Estábamos negociando un nuevo contrato, querían rebajarme dos terceras partes del sueldo”, comentó Alvarez Guedes. “Pero la oferta que me hicieron era ridícula porque mi programa siempre se mantuvo en el primer lugar y vendía los anuncios más caros de la emisora”.
Tanto Alvarez Guedes como Lemán se despidieron de sus oyentes del aire en sus respectivos programas.
Isabel Montana, portavoz de la cadena Spanish Broadcasting System (SBS), había señalado que tenían el deseo de continuar con los servicios de estas grandes figuras de la radio, pero que sin embargo surgieron diferencias contractuales y no se llegó a acuerdo alguno.
"El exilio cubano se ha intercambiado el discurso con los compatriotas que viven en el interior de la isla. En Miami suele pensarse que habría que haberse quedado en Cuba, que los que están dentro son los que tienen la razón; o que, aunque no la tengan, son quienes la merecen. Mientras, no hay más que dar un telefonazo al barrio para comprobar que los de adentro piensan lo mismo, pero al revés: los bárbaros se fueron y a veces regresan. "Tenía que haberlos tenido bien puestos y haberme subido a la balsa también'', "Hagan algo que aquí lo único que hay es lluvia'', ‘‘Aquí lo que hace falta es jama, iria, comida [...]''. La edulcoración de la experiencia exiliar es parte de la ideología del insilio. La idealización del terruño, de la del exilio.
Al final, todo el mundo se anda machacando en un morterito de autoculpabilidad: unos por irse, otros por quedarse; unos por tener poco, otros por tener demasiado. ¿Quién la induce? Probablemente nadie: "Llorar es un placer'' (entre cubanos). Sería más provechoso intercambiar los discursos y que cada orilla de la cubanidad elabore su propia apología. Que cada cual crea que hizo, si no lo mejor, sí lo mejor posible. Lo que se pudo. Y chao.
Creo que entre todos los creadores cubanos del exilio, además de los músicos (Celia Cruz, Olga Guillot, Amaury Gutiérrez, Gloria Estefan y otros), es Guillermo Alvarez Guedes quien más nos ha protegido del machaque; no sólo político sino moral, que es más consistente. Resulta que a diferencia del exilio griego, turco, ruso o español, el cubano carece de una filosofía y poesía edificantes; las obras que nos rodean son graves, pesadas, están dedicadas a una epopeya pasada o a una heroica tan cargada de intenciones como de fracasos. En cambio, los músicos nos han ayudado a sentirnos bien como sector exiliado. Nos han justificado. Ellos y Alvarez Guedes también.
Con Guillermo nos hemos reído del exilio histórico, de la generación Mariel, de la generación balsera y del post exilio. Nos hemos divertido libres de rencor, como si fuéramos nietos o biznietos de nosotros mismos.
Conocí a Guillermo Alvarez Guedes a través del amigo y periodista José Antonio Evora. De algún modo estoy escribiendo estas páginas gracias a él. Y ya con Guillermo, conocí a su esposa, su casa, sus amigos del restaurante El Crucero, en la Calle Ocho, donde se reunían (o reúnen) cada viernes a almorzar y charlar. Pero hay algo más: gracias a todo eso pude prologar su novela Cadillac 59 (EEUU, 2000), que ha tenido ventas espectaculares y aguarda por una segunda edición.
En esa novela el Cadillac 59, que ha cargado en sus asientos desde magnates criollos, rebeldes castristas hasta exiliados, se asombra de lo que escucha por parte de los protagonistas de la historia cubana. Guillermo Alvarez Guedes, que es a la vez ese mismo "carro'', asegura al periodista: "La próxima parada del Cadillac será en Cuba''
.
Además de algunas valoraciones de oficio, en ese prólogo afrontaba el problema de la definición profesional del quehacer de Guillermo Alvarez Guedes. Para halagar o crucificar a un humorista, que es la identificación más general del gremio, uno tiene varios calificativos a mano: cuentista, chistoso, pujón, caricaturista, comediante, cómico, gracioso o ese mismo, tan amplio, de "humorista'', que incluso sirvió a Roberto Bolaño para referirse (justamente) a Borges. Sin embargo, y como ya tenía el antecedente del ensayo La generación del ñó, del profesor Gustavo Pérez-Firmat, donde usaba algunos argumentos de Alvarez Guedes para definir toda una época de la cultura cubana, opté por llamarle en el referido prólogo nuestro "antropólogo mayor''
.
En La Habana tomaron nota del asunto y se hicieron algunas críticas; publicadas, por cierto. Desde entonces he tenido tiempo de pensar al respecto y aún a esta altura creo que la definición es adecuada. No he leído un ensayo, un libro de memorias, una encuesta donde mis contornos y los de mis vecinos queden tan bien trazados. Frente a la historia de Cuba las intuiciones de Guillermo Alvarez Guedes son verdades que se ajustan a cualquier espacio y a todo tiempo. Conozco personas que no se han deshecho de las viejas reproductoras Sanyo porque atesoran en tapes y cintas toda su discografía.
No le envidio y se lo reconozco. Guillermo Alvarez Guedes tiene, después de todo este medio siglo truculento y falsario de historia cubana, un premio que casi nadie puede exhibir: la lealtad de la gente".
(Fuente: El Nuevo Herald)
Muere en su casa de Kendall el 30 de julio de 2013 a la edad de 86 años, producto de una afección estomacal.
Hablemos ahora de otro miembro de la familia Alvarez Guedes, me refiero a Eloísa Alvarez Guedes (1916); mas conocida en Cuba como "La Guajira".
De origen campesino, el camino que recorrió Eloisa Álvarez Guedes para llegar a la cúspide del arte dramático en Cuba, fue muy difícil. Había nacido en Unión de Reyes, en la provincia de Matanzas. Creció y se formó al lado de sus hermanos en una finquita situada a escasos dos kilómetros de la Ciénaga de Zapata. Allí sintió el llamado al mundo fascinante del arte. Desde pequeña cantaba, bailaba, recitaba y leía las décimas que escribía su mamá.
Comenzó su vida artística en La Habana a finales de la década de los años cuarenta del Siglo XX, primero de forma voluntaria en la Cadena Roja, hasta incursionar en 1953, como profesional en la radio y la televisión nacionales, de forma simultánea, interpretando papeles dramáticos; pero sobre todo, en los programas humorísticos.
Eloísa Alvarez Guedes en Cuba: 80 años no es nada (fragmento)
Sus primeros pasos el La Habana no fueron en el arte sino como obrera en una fábrica de añil y luego en otra de confecciones. Con una timidez que desaparecía solo cuando se subía al escenario, tuvo como impedimento que muchas veces pensó trabajar en la emisora 1010, pero ello solo quedó en la intención porque nunca se atrevió a concretarlo.
También, trabajó como taqui-mecanógrafa en el periódico "Hoy", de cuya labor guardaba un gran recuerdo porque siempre se había sentido atraída por las ideas comunistas y allí encontró camaradería y solidaridad, a la vez que ponía su granito de arena a favor de esos ideales.
En 1942 se unió al Teatro Popular de Paco Alfonso, participó en algunos ensayos de la obra Sancho Panza en la ínsula Barataria, pero no pudo actuar porque problemas de trabajo se lo impidieron. Su inicio fue en Cadena Roja. Después trabajó en Radio Progreso y ambas labores, al principio, las hizo sin cobrar un centavo por sus actuaciones.
De su humanidad y amor sin límites hablan cuando se puso a hacer títeres con Papier Maché para darlos a un círculo infantil como una forma de contribuir con la sociedad ante la imposibilidad que tenía de asistir a la agricultura o a la microbrigada.
Posteriormente se vinculó a la radio y se dio a conocer en la televisión en 1953, en el programa 'Audiencia Pública' dirigido por Humberto Bravo. Sus personajes de guajiras, Simplicia y Valeria, serán siempre recordados por humanos y sencillos.
Trabajó también durante muchos años en Radio Progreso donde conjugó papeles dramáticos y humorísticos. En 1982, tras 25 años de ausencia, volvió al teatro para representar la Amparo de "Una Casa Colonial", del teatrista Nicolás Dor.
Eloísa Alvarez Guedes, falleció en la Habana el 25 de diciembre de 1993, confortada con los auxilios de la santa religión y la bendición papal.
El día de su 84 cumpleaños, el ya desaparecido poeta - repentista Adolfo Alfonso, le hizo un homenaje a su memoria con la siguiente poesía ...
No sé de forma precisa
que vocablo utilizar
para en décimas honrar
la memoria de Eloísa.
La de la ingenua sonrisa
y la mirada feliz
y no sé por el matiz
de su condición genuina
si era actriz campesina
o la campesina actriz.
Alcanzó por la razón
de su gracia natural
un elevado sitial
en radio y televisión.
En cada presentación
llenó el cofre de la brisa
y para ver su sonrisa
deja una paloma hermosa
cada mañana una rosa
en la tumba de Eloísa.