José Martí: el ojo del canario



"cultivo una rosa blanca ..."


Catalogada como un documento histórico, José Martí: el ojo del canario, es un largometraje realizado por el excelente realizador Fernando Pérez y producida por Rafael Rey Rodríguez.

Resulta difícil la puesta en escena de cualquier obra referente a José Martí, pues su pensamiento ha sido tan intenso que muy pocos directores de cine han logrado llevar a la pantalla la vida del apóstol nacional de Cuba.

Fernando Pérez fue de esos directores que se atrevieron a realizar el proyecto y el resultado no fue en vano, si bien es cierto que solo recogió parte de la vida de Martí (infancia y adolescencia).

Entrevistar a Fernando Pérez, aun sin un minuto a solas para pensar en preguntas atractivas o revisar encuentros pasados, es siempre una provocación. Y si te alcanza la suerte, no temas: basta haber visto la película José Martí: el ojo del canario, haberla sentido y sentarse frente a él con la última mirada en presidio aún latiendo, para que agradezcamos los obstáculos que a veces frustran serenidad y oficio. Mejor así: te colocarás frente a esta figura estrecha, de mirada tierna y significante —¿otra casualidad?—, las preguntas vendrán solas y luego partirás por la puerta delineada con cintas de video, convencido de que regresas al cruzarla a la realidad filmable. Como él, cada mañana.  

Veamos la entrevista que le hiciera la colega Marianela González a Fernando Pérez, a propósito del film.


¿Se imaginó alguna vez una película sobre Martí?  

Jamás. Martí es una figura demasiado grande, de una dimensión que sigo pensando que es intocable. El Martí adulto es intocable en una película… Es mi caso, estoy seguro de que vendrán cineastas que lograrán hacerlo, pero yo aún no me siento capaz de asumirlo.  
Por eso, cuando me propusieron hacer esta película, que forma parte de la serie Libertadores de la Televisión Española y Wanda Visión, no tardémucho en decidir que sería una película sobre su infancia y adolescencia. Primero, porque pienso que en la infancia es donde está todo el embrión. Pensé así que podría llegar a algo de lo que fue el Martí adulto, mostrando cómo eso se fue formando, potenciando.
La película trata de expresar o de narrar la formación de un carácter, de un niño con una sensibilidad muy especial, pero que se desarrolló en un medio común y que pudo ser un medio similar al de cualquier otro niño; pero un niño que con el tiempo tuvo que irse sobreponiendo a ese medio y a su familia. Esos son, digamos, los puntos de partida. El cine ha sido siempre para mí una imagen poética, como el espejo transparente de los versos de mi hija.


¿Cuándo llegó la confianza en que sí podía ser? 

En mi caso, cada película surge de manera distinta. Nunca el nacimiento de una es igual al de otra. El momento de inspiración vino esta vez cuando me dije: “tengo que escribir este guión solo”. Me ocurrió cuando me encontré con Eliseo Altunaga, un guionista que respeto muchísimo. Nos vimos por la calle y hablamos de esa idea, le dije que aún no la veía y me dijo: “escríbela desde ti mismo”. Eso fue para mí una revelación, me puso a pensar. Realmente le agradezco a Eliseo el espaldarazo. Me gusta realmente escribir el guión con la colaboración de un guionista, aun cuando yo haga la versión final, porque es un trabajo muy solitario. Aquí dije: tengo que enfrentarlo solo.  
Y cuando ya se me fue revelando ese Martí que llegaba, claro, de la investigación, pero también de muchos recuerdos personales, de muchas similitudes de la infancia, fui sintiendo de verdad que Martí iba naciendo de mí. Fui sintiendo que era posible. Por eso digo siempre que es mi Martí.  

¿Por eso se decidió por Damián y Daniel, aun cuando tenía otras dos parejas?  

¿Quieres mi versión? Tenía muchos candidatos, pero no me convencían. Había algo dentro que me decía que esos muchachos tenían posibilidades, pero que faltaba algo. Recuerdo que le decía constantemente al equipo: “para mí, Martí niño es una mirada, es una mirada…” Era un niño observador, de un mundo interior muy fuerte y, por tanto, la caracterización debía ser un tanto melancólica. Fíjate que el Martí niño casi no habla en la película, siempre está observando, asistiendo a momentos o escenas que le van a marcar. Esa mirada tenía que ser profunda. Cuando Damián llegó, casi al final, yo dije: “ese es el que me gusta”. Claro, luego vino un proceso en el que había que conocerlo, ver quién era Damián, cómo pensaba Damián.


Y sucedió algo curioso: yo no veo mucha televisión, pero hacía unos años, antes de conocer a Damián, vi en televisión un cuento en que actuaba Juan Carlos, el médico de Suite Habana. Recuerdo que me fijé en un niñito que actuaba muy bien. Y cuando Damián me dice en la entrevista que su experiencia anterior había sido en El cohete, le pregunté: “¿Cuál de los dos tú eras?” Me dijo que el más chiquito, precisamente aquel en que yo me había fijado. Eso empezó a darme confianza. 

¿Qué pasa con Fernando Pérez y las casualidades? Varios momentos del casting, el comenzar la prefilmación de Martí… el 28 de enero, sin proponérselo… 

Creo mucho en la intuición y en las casualidades. Me considero un profesional, claro, trato de ser riguroso y todo, pero hay muchas cosas que vienen porque son así, porque la vida me las da, porque están ahí… no me da pena decirlo. Creo que también se debe a una energía que uno libera, que permite que cosas así ocurran.  
Te juro que el día de la prefilmación yo no estaba consciente de la fecha. Llegó el productor y me dijo: “¿sabes qué día es hoy?”. Le dije: “jueves”… Fue todo pura casualidad.  
Y con el casting igual. Fíjate que Damián es todo lo contrario al Martí de la pantalla: es hiperquinético, muy extrovertido, inquieto. Muy inteligente, pero muy sensible. Tiene un mundo interior muy fuerte y creo que a base de muchos secretos que compartimos juntos, se fue elaborando el personaje y me fui convenciendo.  
Daniel Romero también llegó al final: cuando Gloria fue a hacer el castingen la Escuela Nacional de Arte (ENA), él no estaba, luego hubo una entrevista y llegó tarde… en fin. Pero lo vi y sentí que podía ser. Su único problema era el físico, no porque yo quisiera que fuera idéntico, porque incluso la referencia visual que tenemos del Martí joven son tres foticos. Pero una de esas fotos me llamaba mucho la atención porque era la forma en que yo veía al Martí adolescente. Veía en Daniel al posible Martí, sentía que estaba la fibra, la voz, la mirada, incluso el carácter; pero solo con las pruebas de maquillaje me convencí. Le rizamos el pelo y aquello era increíble. Y a medida que íbamos filmando, el parecido se nos fue haciendo más fuerte… yo creo que ahí pasó algo de magia, no sé.


Debe haber sido para ellos una presión enorme… 

Sí, por eso lo primero que hice fue sentar a Damián, el más pequeño, y decirle: “tú no eres Martí”. Él no comprendió, me dijo: “¿es que ya no lo voy a hacer?” Le expliqué entonces que para actuar no era necesario que pensara en que estaba interpretando a Martí. Eso pasó con la mayoría de los actores: con Brito y con Broselianda, sobre todo. Tratamos de buscar elementos personales de nuestras vidas que pudieran identificarnos con la historia, emotivamente.  

Ese método concuerda con la idea de descongelar a Martí de las estatuas… 

Exacto. No queríamos un Martí marmóreo. Eso ha creado en los jóvenes y en los que estudian a Martí un alejamiento, pasa a ser una historia sin vigencia. A mí me ayudó mucho leer periódicos de la época, descubrir la vida tal cual es. En la prensa se refleja mucho más el día a día que en la literatura: hay un lenguaje más directo. Eso me ayudó a dar una Habana reconocible.  
También me ayudó mucho un paseo que hice con Alejandro Gutiérrez, el otro asistente, y José Lozano, un historiador. Lozano nos llevó desde la casita de Paula hasta donde estaba el Villanueva, pasando por Industria… Hacer ese recorrido, imaginarme aquella Habana dentro de la Habana de hoy, me sirvió mucho. Establecimos, claro, la distancia de algunas costumbres; pero comprendimos una idiosincrasia que ya era vigente en aquella época y que tiene mucho que ver con nosotros, hoy.  
Lo curioso es que esos primeros 16 años de Martí fueron precisamente los que vivió en Cuba, después fueron solo uno o dos años, entre una cosa y otra. El resto lo vivió en el exilio. Fue la etapa en que prendió el amor por Cuba. Por eso era tan importante la escena del Hanábana, donde quisimos dar visual y sonoramente todo lo que lo nutrió en relación con la naturaleza. Eso siguió con él hasta los Versos sencillos, plenos de estas referencias.


Se trata de una película histórica, género cuya tradición en Cuba incluye algunos desaciertos, pero también obras excepcionales. ¿Cómo dialogó con esta tradición? 

Vimos todo o casi toda la filmografía histórica producida por el cine cubano. Y las películas que se han hecho sobre Martí: primero La rosa blanca, de 1953, un empeño cuidadoso, en coproducción con México, pero una película totalmente equivocada. Trató de abarcar todo Martí en una hora y media, se nota la superficialidad y el empeño de dar un Martí heroico, con el cual uno no se identifica.  

Un galán engominado… 

¡Creerás que no, pero incluso ese Martí adulto está interpretado por un galán mexicano, fornido, que habla como los galanes de telenovelas! Eso te aleja. Pero nos sirvió para reafirmar lo que no queríamos hacer. 
Y luego dos proyectos para mí muy interesantes, de Pepe Massip: el primero, Los tiempos del joven Martí, un documental hecho casi sin nada, que recoge la época a base de documentos, grabados, muy bien organizados. Es un material que como documental didáctico y educativo está muy bien. Es un punto de referencia. Y Páginas del diario de José Martí, que yo había visto de joven y no había entendido, no me había gustado. Me doy cuenta ahora de que fue una película muy audaz para su época, una película de vanguardia. Vista hoy, sigue siendo polémica, su audacia me atrajo muchísimo. Me hubiera gustado tener esa audacia estética, no de la mirada, que tuvo Massip. Es una película que hay que revisitar y revalorar.
Para las atmósferas y la reconstrucción de la época, vimos casi todas las películas históricas del cine cubano. Entre ellas, algunas que son motivos de inspiración, legados, como la obra de Solás. Sobre todo el primer cuento de LucíaLucía lo inspira a uno en todo.  No obstante, no queríamos que fuera igual, queríamos otra mirada.


¿A qué responde la división en capítulos?  

Sentía que debían ser momentos de ese período, contar un itinerario espiritual, de formación de un carácter. Sentía que la continuidad debía venir por momentos que fueran los que para mí permitieran componer la imagen que queríamos. Por eso, el primero, “Abejas”, está dedicado a ese Martí en la ciudad y luego en el campo, cuando va con el padre y descubre la esclavitud y la campiña cubana. En el segundo empieza a descubrir la literatura, la poesía, el teatro, la música y el sentimiento de cubanía, en el enfrentamiento entre el español y el cubano, hasta que termina con el drama familiar que significa la pérdida de Pilar. Termina así una infancia con los elementos que luego desarrolla en la adolescencia. “Cumpleaños” empieza ya a moldear su actividad política y poética. Y cierra la película con un Martí que lo ha perdido todo.  

Termina la película en un punto de giro en la vida de Martí, en el justo momento en que toda esa acumulación hierve, completa espacios en blanco y se prepara a estallar. ¿Sintió alguna vez ganas de acompañarlo un poco más?  

[Silencio] 
No.  
[Silencio]  
Me quedé ahí. Pero me quedé ahí con mucha fuerza, te lo digo a ti nada más. Me quedé ahí con el Martí que mira y siente en su pecho el mundo… 

¿Cuánto necesitamos hoy de un Martí humano?  

Me sentiría muy feliz si el espectador cubano y sobre todo los jóvenes, viendo esta película y reflejándose en este hombre, se preguntaran: ¿por qué amo a Cuba, qué hago por Cuba? 

¿Se lo preguntó usted?

Todo el tiempo.



Trailer



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Ficha Técnica

  • Duración: 120 minutos
  • Guión: Fernando Pérez
  • Dirección: Fernando Pérez
  • Producción General: Rafael Rey Rodríguez
  • Dirección de Fotografía: Raúl Pérez Ureta
  • Montaje o Edición: Julia Yip
  • Música Original: Edesio Alejandro
  • Sonido: Raúl Lorenzo Amargó Pérez
  • Director Asistente: Rafael Rosales
  • Casting: Gloria María Cosío
  • Director Artístico: Erick Grass
  • Escenógrafo: Erick Grass
  • Diseño de vestuario: Mirian Dueñas
  • Maquillaje: Magaly Pompa
  • Peluquería: Juan Francisco Carreño Oliver
  • Productora:  WANDA VISION, ICAIC y TV Española


Reparto

  • Damián Antonio Rodríguez Vidal
  • Daniel Romero Bildaín
  • Rolando Brito
  • Broselianda Hernández
  • Eugenio Torroella Ramos
  • Francisco López Ruíz
  • Pedro Orlando Herrera
  • Héctor David Rosales
  • Manuel Porto
  • Julio César Ramírez
  • Pancho García
  • Aramís Delgado



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Qué Tengo Pa' Tí
2013


Antes que anochezca





"La violación del derecho homosexual en Cuba"


Antes que anochezca  es una película dirigida por Julian Schnabel y protagonizada por Javier Bardem, quien obtuvo la nominación al 'Premio Oscar' al mejor actor por su interpretación del escritor y poeta cubano Reinaldo Arenas.

La vida de Reinaldo Arenas (Javier Bardem) se muestra desde su infancia en un ambiente rural y su temprana participación en la Revolución, hasta la persecución que más tarde iba a experimentar como escritor y homosexual en la Cuba de los primeros años de su Revolución; desde su salida de Cuba en el éxodo de 1980, hasta su exilio y muerte en los Estados Unidos. Es el retrato de un hombre cuyo afán de libertad artística, política y sexual desafió la pobreza, la censura, la persecución, el exilio y la muerte.

Con una alta dosis poética y dramatismo desmedido, la película logra rebasar los parámetros de censura que representaba para la época. El maltrato por el que pasó éste joven a partir de la conducta agresiva del padre, su infancia y adolescencia, hasta llegar a crecer con su estereotipo biológico y cómo fue rechazado por el enaltecimiento de los idealistas cubanos en los primeros años de la radical revolución cubana de 1959.

Trailer

 










El Director

Julian Schnabel (nacido en Nueva York el 26 de octubre de 1951) es un pintor y director de cine estadounidense de origen judío. Sus tres películas ('Basquiat', 'Antes que anochezca' y 'La escafandra y la mariposa') lo han llevado a ser aclamado en Cannes (Palma de Oro) y a ser condecorado o nominado en los Globos de Oro, en los BAFTA, en los César y en el Festival Internacional de Cine de Venecia. Como  artista plástico se dio a conocer por sus plate paintings ("pinturas con platos", en español), que han recibido críticas dispares, y suele clasificársele como parte del movimiento denominado Bad Painting (pintura mala), que es una de las corrientes del neo-expresionismo. Su obra se exhibe en muchos de los principales museos del mundo.

El director junto a Johnny Deep



El Protagonista

Javier Ángel Encinas Bardem (Las Palmas de Gran Canarias, España 1ro.de marzo de 1969), más conocido como Javier Bardem, es el primer actor español que estuvo nominado a un premio Oscar y el primero en ganarlo ocho años más tarde por su papel en No Country for Old Men (2008). Además, ha ganado cinco Goya, un Globo de Oro, un BAFTA, el premio del Festival de Cannes al mejor actor y un premio del Sindicato de actores. Está casado con la actriz Penélope Cruz, con la que ha trabajado en 'Jamón, jamón'''Carne trémula' y 'Vicky Cristina Barcelona'' . El primer hijo del matrimonio, llamado Leo, nació el 22 de enero de 2011 en Los Ángeles.

El recibimiento del Oscar



Otro de los grandes actores que intervienen en la película es Johnny Deep, muy conocido en el mundo del cine y que en esta ocasión representa el papel secundario de un homosexual preso en las cárceles de Cuba y el de un teniente llamado Víctor.
Vea una de sus intervenciones y caracterizaciones en la película.





¿ Quién fué Reinaldo Arenas ?

Reinaldo Arenas nació el 16 de Julio de 1943 en la antigua provincia de Oriente. Su madre, una hermosa joven, fue abandonada muy pronto por el padre de Reinaldo. Entregada a una vida de amarga castidad en una sociedad machista, la madre de Reinaldo regresó con el niño a la granja de sus padres en la provincia cubana de Oriente. La infancia de Reinaldo estuvo definida por el contraste entre la dura pobreza y el natural esplendor que le rodeaba; en la abundancia y el anonimato conferido por aquellas circunstancias tan opuestas, él encontró una libertad inconmensurable. El muchacho siguió sus impulsos, bien escribiendo poesía, bien observando cómo otros muchachos se bañaban desnudos en el río, o bien rebelándose en lo impredecible de un chaparrón torrencial.

En 1958 se unió a la insurrección de Castro para derrocar al dictador Fulgencio Batista. Con el triunfo de la Revolución, Reinaldo pudo participar en el ambicioso programa del nuevo gobierno para educar a la juventud. En 1962, Reinaldo estaba estudiando en la Universidad de La Habana, y viviendo en una ciudad cosmopolita que le hacía vibrar con su entusiasmo y posibilidades. Allí descubrió que estaba teniendo lugar una revolución sexual al mismo tiempo que la Revolución oficial, y sus numerosos amantes le introdujeron en la floreciente subcultura homosexual de La Habana.

En aquellos tempranos días de la Revolución, la vida de Reinaldo fue una exploración de su identidad como escritor y como homosexual, ambas actividades perseguidas con ansia y alegría. Participó en un concurso de narración y sus evidentes dotes le hicieron conseguir un trabajo seguro en la prestigiosa Biblioteca Nacional. Hizo amistad con algunos de los escritores más reconocidos, incluyendo a Virgilio Piñera y José Lezama Lima. A la edad de 20 años, escribió su primera novela, "Celestino antes del alba", que fue premiada con la Primera Mención en el Concurso Nacional Cirilo Villaverde del país. "Celestino antes del alba" sería el único libro de Reinaldo publicado en Cuba.



Reinaldo Arenas

A finales de los años 60, el gobierno cubano impuso medidas enérgicas contra artistas y homosexuales. Los escritores fueron forzados a dejar su trabajo y los homosexuales fueron buscados y enviados a campos de trabajo cuyos floridos nombres contradecían su crueldad. A pesar del peligro, Reinaldo continuó escribiendo, dando rienda suelta a su visión irreverente y franca. Su segunda novela, "El mundo alucinante" fue sacada de contrabando de Cuba y publicada en Francia, lo que le hizo ganarse la hostilidad del gobierno cubano. Durante los años siguientes, fue objeto de incesantes persecuciones por el gobierno y la policía, que revisaban sus habitaciones, confiscaban su trabajo y amenazaban a sus amigos.

En 1973, después de un altercado en la playa, Reinaldo fue acusado falsamente de abuso sexual y arrestado. Escapó de prisión e hizo un intento desesperado por salir de la isla sobre un neumático gigante y con apenas una bolsa de comida. Pero su intento fracasó; Reinaldo se convirtió en un fugitivo. Volvió a ser arrestado cerca del Parque Lenin y fue enviado a la prisión de El Morro, conocida por su mala reputación, dónde cumplió dos años de condena junto a asesinos, violadores y criminales comunes. Gracias a las cartas que escribía para los presos, consiguió el papel y los lapiceros que necesitaba para sus propios escritos. Sin embargo, sus intentos de sacar de contrabando su trabajo fuera de la prisión fueron descubiertos, y sufrió un brutal castigo. Forzado a elegir entre renunciar a su trabajo o desaparecer de la faz de la tierra, Reinaldo eligió lo primero.
Al salir de El Morro, Reinaldo era ya un premiado escritor pero sin un lugar donde vivir. Un amigo le consiguió una habitación en un hotel y fue allí donde conoció a Lázaro Gómez Carriles, quien se convirtió en su gran amigo.

En 1980, el gobierno cubano permitió que los homosexuales, los enfermos mentales y los criminales salieran de Cuba por el puerto del Mariel; una hábil maniobra de Reinaldo, que trucó su pasaporte, le permitió salir del país sin ser descubierto. Después de probar suerte en Miami, se trasladó a Nueva York, donde inició su vida como exiliado: empobrecida y sin patria, pero con un apetito por vivir y escribir todavía feroz, y con su humor, su furia y su honestidad intactos. Sin embargo, su lucha todavía no había terminado; tras contraer el SIDA, inició una furiosa carrera contra la muerte para completar el trabajo que tenía entre manos. Cuando murió, en 1990, Reinaldo había escrito más de 20 libros, incluyendo 10 novelas y numerosas historias cortas, poemas y obras de teatro. Su trabajo es probablemente el más apasionado y lleno de rabia de todo lo que se ha escrito contra el estado cubano. 


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Ficha Técnica

Título: Antes que Anochezca (Before Night Falls)

Dirección: Julian Schnabel.
País:
 USA.  

Año: 2000.  
Duración: 125 min. 
Interpretación: Javier Bardem (Reinaldo Arenas), Olivier Martinez (Lázaro Gómez Carriles), Andrea Di Stefano (Pepe Malas), Johnny Depp (Bon Bon / Teniente Víctor), Sean Penn (Cuco Sánchez), Michael Wincott (Herberto Zorrilla Ochoa), Najwa Nimri (Fina Correa), Olatz López Garmendia (madre de Reinaldo), Sebastián Silva (padre de Reinaldo), Héctor Babenko (Virgilio Pinera).  
Guión: Cunningham O'Keefe, Lázaro Gómez Carriles, Julian Schnabel; basado en las memorias de Reinaldo Arenas.  
Producción: Jon kilik.  
Producción ejecutiva: Julian Schnabel, Matthias Ehrenberg y Olatz López Garmendia.  
Fotografía: Xavier Pérez Grobet y Guillermo Rosas.  
Música: Carter Burwell.
Montaje:
 Michael Berenbaum.  

Diseño de producción: Salvador Parra.  
Dirección artística: Antonio Muñoz-Hierro.  
Vestuario: María Estela Fernández.


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Qué Tengo Pa' Tí
2013